Los tratamientos del Alzheimer se basan principalmente en dos pilares, que son los tratamientos no farmacológicos y los tratamientos farmacológicos, que normalmente se combinan para mejorar la esperanza y calidad de vida del paciente.
En los tratamientos no farmacológicos se da mucha importancia a la práctica de las actividades psicológicas y cognitivas, ya que estas ayudan al paciente a reforzar las funciones cognitivas que aún no ha perdido. Este tipo de tratamientos se clasifican en abordajes orientados al comportamiento, las emociones, lo cognitivo y la estimulación.
Dentro de las terapias emocionales encontramos la terapia de validación, la terapia de reminiscencia, la psicoterapia de apoyo, la integración sensorial (también denominada snoezelen) y la terapia de presencia estimuladora. La terapia de reminescencia consiste en hablar individualmente o en grupo de experiencias ocurridas en el pasado, a veces con ayuda de fotografías, grabaciones u objetos del pasado. No se ha demostrado la efectividad de esta terapia, pero es de una gran ayuda para mantener al paciente en un estado emocional estable. La terapia con presencias estimuladas ha demostrado reducir la ansiedad y los comportamientos desafiantes del paciente mediante la reproducción de grabaciones de seres cercanos y familiares del paciente. Por último, la terapia de vadilación trata de provocar la aceptación del paciente y la de integración sensorial intenta estimular los sentidos mediante diversos ejercicios.
Además, otras terapias alternativas como la musicoterapia, terapia con animales, o las expresiones artísticas han demostrado tener un efecto beneficioso sobre el paciente. Los animales, principalmente los perros, han demostrado ser un excelente compañero de compañía, manteniendo las relaciones del paciente activas.
Dentro de los tratamientos farmacológicos, actualmente encontramos dos grupos de tratamientos, que son: los fármacos anticolinesterasa y los antagonistas del receptor NMDA. Los primeros actúan inhibiendo la colinesterasa, enzima que degrada la acetilcolina, neurotransmisor que falta en la enfermedad de Alzheimer, y que tiene una gran importancia en la memoria. Otros fármacos inhibidores son la Tacrina, en desuso por los daños que produce al hígado (hepatotoxicidad), el Denopezilo, la Rivastigmia y la Galantamina, que aumentan la producción de una sustancia producida naturalmente por el cuerpo que ayuda a pensar. Todos ellos viene acompañados de efectos secundarios, como alteración gastrointestinal, anorexia y trastornos en el ritmo cardiaco.
Los antagonistas del receptor NMDA incluye, entre otras, a la Memantina, que aunque presenta también ciertos efectos secundarios (mareo, dolor de cabeza, nauseas...), reduce la velocidad de actuación de la enfermedad, manteniendo la capacidad de recordar y razonar. No obstante, para disminuir los efectos secundarios producidos, también se recetarán otros medicamentos como antidepresivos, antipilépticos o neurolépticos.
A pesar de todos estos tratamientos, ninguno de ellos consigue curar la enfermedad. Sin embargo, hoy en día, gracias a nuevas investigaciones que permiten un mejor conocimiento de la enfermedad y a la disposición de nuevas tecnologías, cada vez nos acercamos más a obtener un nuevo tratamiento que sea más eficaz, y menos dañino para el paciente.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.infosalus.com/enfermedades/neurologia/alzheimer/que-es-alzheimer-60.html
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TRATAMIENTOS PARA EL ALZHEIMER
Los
tratamientos del Alzheimer se basan principalmente en dos pilares, que
son los tratamientos no farmacológicos y los tratamientos
farmacológicos.
En los tratamientos no farmacológicos
se da mucha importancia a la práctica de las actividades cognitivas, ya
que estas ayudan al paciente a reforzar las funciones cognitivas que aún
no ha perdido.
Dentro de estas actividades otro tipo de
actividades o terapias como la musicoterapia, terapia con animales, con
expresiones artísticas...
Por otra parte dentro de los
tratamientos farmacológicos encontramos los fármacos para la enfermedad y
los fármacos para los efectos que los primeros medicamentos produzcan
en el enfermo.
Actualmente encontramos dos grupos de tratamientos,
que son, los inhibidores de la colinesterasa,que aunque tengan una
limitada acción sombre la enfermedad, han demostrado buenos resultados,
así como la Tacrina (en desuso por sus efectos secundarios), el
Denopezilo, la Rivastigmia o la Galantamin, y los antagonistas del NMDA,
en este caso se receta la Memantina, que aunque presenta también
ciertos efectos secundarios (mareo, dolor de cabeza, nauseas...) ofrece
una función favorable a la funciones cognitivas y a la conducta de los
organismos afectados.
No obstante para disminuir los efectos
secundarios producidos, también se recetarán otros medicamentos como
antidepresivos, antipilépticos, neurolépticos...
Hoy en
día, para una enfermedad tan grave como el alzheimer, se están
realizando investigaciones, gracias al mejor conocimiento de la
enfermedad y a la disposición de una avanzada tecnología, para obtener
un nuevo tratamiento que sea más eficaz, y menos dañino para el
paciente.
http://www.infosalus.com/enfermedades/neurologia/alzheimer/que-es-alzheimer-60.html